viernes, 18 de julio de 2014

AFLICCIONES DEL CRISTIANO

2CORINTIOS 1:1-11

PABLO, APÓSTOL DE JESUCRISTO POR LA VOLUNTAD DE DIOS, Y EL HERMANO TIMOTEO, A LA IGLESIA DE DIOS QUE ESTÁ EN CORINTO, CON TODOS LOS SANTOS QUE ESTÁN EN ACAYA. (2) GRACIA Y PAZ A VOSOTROS, DE DIOS NUESTRO PADRE Y DEL SEÑOR JESUCRISTO"

En su saludo inicial a una iglesia en la cual se había cuestionado su autoridad apostólica. Pablo se define a sí mismo como un apóstol en Cristo Jesús. Para Pablo un apóstol era uno que había visto al Señor resucitado, a quien el Señor le había confiado el evangelio (Gal.1:11-12) y en cuyo ministerio del evangelio se hacía evidente la Gracia de Dios (Gal.2:8-9) Fue en el camino  de Damasco que Cristo comisionó a Pablo para que fuera un apóstol, y esa comisión era apoyada por la voluntad de Dios. Aquellos a quienes saluda, son la iglesia de Dios que está en Corinto lo cual refleja el hecho de que las iglesias no son solamente asambleas de individuos que piensan en forma similar, con un toque religioso, sino comunidades que pertenecen a Dios y disfrutan de una relación especial con Él.
Saluda a todos los santos que están en toda Acaya. Aquí la palabra SANTOS, no tiene connotación de las ideas del siglo XX sobre la canonización, sino que en cambio refleja el hecho de que todos los creyentes son posesión especial de Dios. Sobre todos estos Pablo invoca GRACIA...Y PAZ. Por GRACIA él entiende el cuidado o la ayuda de Dios, ayuda mostrada al enviar a su Hijo al mundo para nuestra salvación (Rom.5:8) y en repetidos actos de amor, ayuda y provisión(Ro,.8:32) La PAZ es esencialmente esa paz objetiva que Dios ganó por medio de la muerte de Cristo, el reconocimiento de la cual produce en nosotros la conciencia de estar bien.
2CORINTIOS 1:3-7 "BENDITO SEA EL DIOS Y PADRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, PADRE DE MIERICORDIAS Y DIOS DE TODA CONSOLACIÓN........"
Aquí Pablo habla de consolación como aliento y gracia fortalecedora en medio de los problemas. Dice que al ser consolados de esta manera por Dios, también nosotros podemos consolar a los que están en cualquier tribulación. Un ser humano no puede traer liberación divina de la tribulación a otro, pero es posible compartir con el otro el aliento recibido en medio de los problemas que uno mismo ha sufrido.
2CORT.1:8-11 "PORQUE HERMANOS, NO QUEREMOS QUE IGNOREIS ACERCA DE NUESTRA TRIBULACIÓN QUE NOS SOBREVINO EN ASIA, PUES FUIMOS ABRUMADOS SOBREMANERA MÁS ALLÁ DE NUESTRAS FUERZAS, DE TAL MODO QUE AÚN PERDIMOS LA ESPERANZA DE CONSERVAR LA VIDA............"
Cuando pasamos por tribulaciones, Dios permite que esto suceda para que no confiemos en nosotros mismos sino en Él. Depender de Dios en lugar de depender de la habilidad natural propia, es de fundamental importancia para la vida cristiana, pero tal actitud no surge naturalmente. Muchas veces es preciso sufrir para que lleguemos a descansar en Dios.


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