miércoles, 25 de junio de 2014

LOS CREYENTES PIDEN CONFIANZA Y VALOR

HECHOS 4: 23- 37

(24) "y ELLOS, HABIÉNDOLO OÍDO, ALZARON UNÁNIMES LA VOZ A DIOS Y DIJERON: SOBERANO SEÑOR, TÚ ERES EL DIOS QUE HICISTE EL CIELO Y LA TIERRA, EL MAR Y TODO LO QUE EN ELLOS HAY"
(29) "Y AHORA, SEÑOR, MIRA SUS AMENAZAS, Y CONCEDE A TUS SIERVOS QUE CON TODO DENUEDO HABLEN TU PALABRA"
(30) "MIENTRAS EXTIENDE TU MANO PARA QUE SE HAGAN SANIDADES Y SEÑALES Y PRODIGIOS MEDIANTE EL NOMBRE DE TU SANTO HIJO JESÚS"
(31) "CUANDO HUBIERON ORADO, EL LUGAR EN QUE ESTABAN CONGREGADOS TEMBLÓ; Y TODOS FUERON LLENOS DEL ESPÍRITU SANTO Y HABLABAN CON DENUEDO LA PALABRA DE DIOS"
(33) "Y CON GRAN PODER LOS APÓSTOLES DABAN TESTIMONIO DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR JESÚS, Y ABUNDANTE GRACIA ERA SOBRE TODOS ELLOS" 

El Espíritu Santo creó en los apóstoles un deseo irresistible de proclamar el evangelio. A través de todo el libro de Hechos, el Espíritu impulsó a los creyentes a llevar el evangelio a otros. Los discípulos necesitaron valor renovado para testificar y hablar de Cristo. A lo largo de la vida cristiana, el creyente tiene que orar para vencer el temor de ser avergonzado, rechazado, criticado o perseguido. La gracia de Dios, que le permite experimentar la plenitud del Espíritu Santo una y otra vez, le ayudará a testificar acerca de Jesucristo con denuedo, esto es,  con valor (Mt.10:32)
Hoy la iglesia, ante el desafío de los últimos días, necesita orar con fervor para que Dios confirme su palabra con gran poder, milagros y abundante gracia. Sólo cuando proclamamos el evangelio en el poder del cual testifica el N:T: podremos de modo adecuado ganar a la generación perdida para Cristo. 
Todos los creyentes, incluso los apóstoles que habían sido llenos del Espíritu Santo previamente, son llenados de nuevo para enfrentar la constante oposición de los judíos. Dios ha dispuesto que todo el que ha recibido el bautismo en el Espíritu Santo pueda experimentar esa plenitud cuantas veces la necesite. El creyente debe esperar y buscarla. 
Por lo tanto, a fin de cumplir la voluntad de Dios para la iglesia, no sólo deben los creyentes ser llenos del Espíritu individualmente, sino que las congregaciones enteras deben experimentar repetidas visitaciones del Espíritu Santo cuando haya necesidades y desafíos especiales. El mover de Dios sobre la congregación entera llenándola una y otra vez, del Espíritu Santo resulta en valor y poder en el testimonio, en el amor mutuo y en la gracia abundante para todos.
El poder interior del Espíritu Santo y la realidad de la presencia de Dios que son resultado de la plenitud del Espíritu libran al creyente del temor a los demás y le dan renovado valor para testificar de Dios.




2 comentarios:

  1. Amén.. es revelador está interpretación,el dicipulado debe ser como la primera iglesia, guiados por el espíritu Santo. Bendiciones y gracias

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